Sagada es un pequeño pueblo en las montañas en la isla de Luzón, Filipinas, Allí existe un cementerio colgante en un acantilado de roca caliza.
A través de un sistema de cuerdas, barras de metal y andamios de madera, situados en ese lugar para el descanso eterno. También los colocaban en cuevas ubicadas en el mismo acantilado.